LA HISTORIA DE LAS ESTRELLAS DE MAR

Cada día, cada hora, cada acción, sin importar que tan pequeña, puede hacer una gran diferencia. Todos podemos resolver, o ayudar a resolver, los problemas más complejos una buena obra a la vez. Si todos contribuimos, una buena obra tras otra eventualmente hará una pila. Así es como podemos resolver todos los problemas sociales, económicos, ambientales, etc. No hay mejor manera de ilustrar esto que con la historia de las estrellas de mar.

Un día, un anciano caminaba a lo largo de una playa llena de miles y miles de estrellas de mar que habían sido arrastradas a la playa por la marea alta. Mientras caminaba, se encontró con un joven que estaba lanzando ansiosamente las estrellas de mar de vuelta al océano, una por una.

Desconcertado, el hombre miró al joven y le preguntó qué estaba haciendo. Sin mirar hacia arriba, el joven simplemente respondió: "arrojando estrellas de mar de regreso al océano. La marea las ha arrastrado a la playa y no pueden regresar al mar por sí solas", respondió el joven. "Cuando el sol caliente, morirán, a menos que las tire de nuevo al agua."

El anciano respondió: "Pero debe haber decenas de miles de estrellas de mar en esta playa. Me temo que realmente no serás capaz de hacer mucha diferencia. El joven se inclinó, recogió otra estrella de mar y la arrojó lo más lejos que pudo al océano. Luego se volvió, sonrió y dijo: "¡Hizo una gran diferencia para esa!"

El hecho es que independientemente de la complejidad del problema, cada uno de nosotros tenemos el poder de hacer la diferencia. Creemos que los problemas complejos requieren soluciones complejas; que este tipo de problemas requieren personas del calibre de Gandhi, Martin Luther King, Madre Theresa, etc., y nosotros no somos ellos; que se trata de problemas para los gobiernos, las Naciones Unidas u otras grandes instituciones creadas para afrontar este tipo de cuestiones; y/o que no tenemos suficiente poder, dinero o influencia para hacer la diferencia.  Pero en verdad, todo lo que necesitamos es agacharnos, agarrar una estrella de mar y tirarla al océano.

La Madre Teresa dijo: "No es lo que hacemos, pero cuánto amor le ponemos a lo que hacemos. No podemos hacer cosas grandes, solo cosas pequeñas con gran amor."  Si asumiéramos la responsabilidad de todo y nos diéramos cuenta (despertáramos y saliéramos de nuestra forma de vivir y pensar cómoda) que todo es una sola mente, una energía, una conciencia; y que, al hacerle daño a cualquier cosa, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos; cada uno de nosotros podríamos hacer una gran diferencia en el mundo. Pero para eso, tenemos que dejar de trabajar para "yo y lo mío" y empezar a hacerlo para "nosotros y lo nuestro".

No se trata de un dólar más, o el balance final, o simplemente resultados ignorando las consecuencias, o ...; se trata de preocuparse, de darnos cuenta de que no podemos continuar en la dirección que vamos, y de tomar una posición. Cada uno de nosotros puede cambiar el mundo – tal vez no todo a la vez, pero una persona, un animal, y un pensamiento, palabra y / u obra a la vez. Es sólo una cuestión de una simple decisión. Despierta cada mañana y piensa que todo lo que haces hace la diferencia, ¡porque realmente LO HACE!


Autor: Mauricio Correa
Páginas Web: rutaauno.com

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